Bara Bangal en el Himalaya. El pueblo más escondido del mundo
La antigua forma de viajar en el Himalaya, sigue siendo carreteras en zigzag y varias horas de tortura de distancia. No muy distinto de cuando paso por aquí Alejandro Magno.
El lugar más remoto es el pueblo de Bara Bangal – un pueblo envuelto en una leyenda, intercalado entre el monte Kalihani (4.800 metros) y Thamsar (4.766 metros) Esta protegido por montañas inexpugnables y el río embravecido Ravi. Nada sencillo llegar hasta este lugar. Casí se podria decir que es el pueblo más escondido del mundo.
Si buscamos por Internet apenas encontraremos referencias sobre este lugar, las pocas agencias de viajes que ofrecen excursiones para llegar aquí dicen que se trata de una caminata dura o extenuante.
Hay historias contradictorias sobre la forma en la que aldea se creo. Se habla de residentes de la región de Bengala Occidental que huyerón de una inundación y encontraron refugio en las montañas.
Otras historias hablan de una banda de nómadas cansados que decidieron parar allí y crear esta aldea, ya que era la única región de tierra plana en toda la zona.
Como curiosidad, Bara Bangal ostenta el título de ser el pueblo más antigua de la tribu pastoral Gaddi, el asentamiento más antiguo en el distrito de Kangra, y la cabina de votación más remota en Himachal Pradesh.
La dificultad para llegar Bara Bangal es, tal vez, por qué se ha dejado a su suerte durante demasiado tiempo.
Durante la mayor parte del año su único contacto con el mundo exterior es a través de un teléfono satelital instalado por el gobierno – para ser utilizado sólo en casos de emergencia.
El día a día aquí se centra en el cultivo (frijoles o maíz principalmente) por parte de los hombres mientras las mujeres están ocupados limpiando las casas, y los ancianos se acomodan en las galerías de las casas.
La gente resulta muy hospitalaria. Donde quiera que vayas te reciben con sonrisas, te ofrecen té acompañado con algo para comer. Es una tradición, así que hay que aceptarla para no quedar grosero. Incluso aunque vayas ya con unas copas de más de arak (un alcohol indio).
Las casas por dentro parecen pertenecer a una época pasada. Cada uno con una planta baja y un entrepiso – están hechas de pizarra lisa, apoyada por enormes troncos de árboles de pino. Los pisos de ladrillo están recubiertos con una mezcla de estiércol de vaca y barro, y rellenados con tallos de hierba.
Entre copas y copas un anciano con una cara curtida y los ojos intensos cuenta la más maravillosa historia de la creación de la aldea. Según el viejo Bhan, los habitantes del pueblo son descendientes de los soldados del ejército de Alejandro que no estaban interesados en el largo viaje de vuelta a casa.
Con el tiempo se construyó el pueblo y se casaron con pastoras nómadas. Es una gran historia y que tiene su fundamento aunque de momento es un misterio que sea verdad.
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