14 lugares fabulosos de Francia
1. Provenza
¿Un poco típico? Quizás, pero, ¿no es precioso? Los campos de lavanda se extienden hasta el horizonte como si fuera una postal en lugares que rebosan del calor típico del sur, como Aviñón o Arles, Lauberon y Vaucluse. El aroma es embriagador… y mejor ni hablamos de la gastronomía local. Se nos hace la boca agua.
2. Nimes
Roma no tiene el monopolio en lo que a coliseos se refiere. Nimes, el lugar de nacimiento de la tela de los tejanos (que se llama “denim” = “De Nimes”), tiene los mejores restos romanos a este lado del río Tíber. Si no nos crees, espera a ver su Panteón y date un bañito debajo del monumental Pont du Gard.
3. Carcasona
Con sus torreones y murallas de cuento de hadas, la ciudadela de Carcasona parece tan perfecta que debería estar en Euro Disney. Es demasiado perfecta, podríamos decir… ya que se reconstruyó casi íntegramente en el siglo XIX. Eso sí, no por ello pierde ni un ápice de belleza. Su mejor estampa la da por la noche, cuando está toda iluminada… Si quieres buscar un poco de contraste, conduce hasta el Alto Languedoc, una tierra semi árida llena de águilas, jabalís y… no mucho más. Pero a veces lo más básico es lo mejor.
4. Mont Saint-Michel
El Monte San Michel de Normandía es uno de los iconos más fáciles de reconocer de Francia y, por supuesto, una de sus atracciones turísticas más populares. Así que ármate de paciencia y prepárate para sufrir a las hordas de turistas, grupos escolares, grupos de jubilados… Pese a ellos, el lugar tiene una cierta magia que te hará enamorarte.
5. Lyon
Ningún lugar condensa la fama gastronómica de Francia como Lyon. Sí, quizás sea un topicazo llamarla la “capital culinaria” del país, pero después de unos cuantos tragos de vino Côtes du Rhône en un restaurante tradicional seguramente entenderás porqué la cocina lionesa es tan reverenciada. Consejo número 1: no todos los sitios que se autodenominan “bouchon” merecen el nombre, especialmente si están en el turístico casco antiguo. Consejo 2: El Café des Fédérations, y no hace falta decir nada más.
6. Saint-Emilion
Quizás reconozcas el nombre de Saint-Emilion, en el departamento de Gironde, Aquitania , porque es un lugar Patrimonio Mundial de la UNESCO… o por su delicioso vino. Prueba el Château Ausone o el Château Cheval Blanc. Son los dos únicos vinos que se han clasificado como Premiers grands crus classes A. Nada mejor para llevarte de picnic junto con un picnic a base de ficelle y queso.
7. Mont Blanc
Mientras que Francia e Italia llevan años disputándose si es el Mont Blanc o el Monte Blanco, con 4.810 metros de altura es la montaña más alta de la Europa occidental. Haz la ruta que, en 10 días, recorre 170 kilómetros alrededor del Mont Blanc para admirar el macizo desde todos los ángulos, además de su entorno nevado y de glaciares. O, si te atrever, lánzate en parapente.
8. Gorges du Verdón
Ríos profundos y montañas altas. Mientras que los Alpes Franceses le hacen cosquillas al cielo, este impresionante barranco de 25 kilómetros de largo se hunde a 700 metros hacia las profundidades de las aguas turquesas del río Verdón. Experimenta esta maravilla natural a pie, en kayak o, si te va la escalada, colgado de una cuerda.
9. Niza
Seguramente tendrás que levantarte a las 5 de la mañana para ver Niza en calma, pero si te lo has estado pasando bien con la gente guapa en los famosos casinos de la ciudad quizás a esas horas estarás de camino a tu yate… O no, pero soñar es gratis.
10. Colliure
El genio fauvista de Matisse estaba un poco deprimido cuando se fue a Colliure en busca de inspiración. Este pequeño pueblo a orilla del Mediterráneo es uno de los lugares donde Francia y España se funden. Colliure consiguió animarle tanto que proclamó: “En Francia no hay un cielo más azul que el de Colliure”. Quizás no había estado en Córcega… pero razón no le faltaba.
11. Playa de Saleccia, Córcega
A no ser que tengas un yate tendrás que andar por un desierto para llegar a la paradisíaca playa de Saleccia. Escondida por el desolado Désert de Agriates, una extensión de nada quemada al noroeste de Córcega, Saleccia es el cielo después del infierno, una playa desierta de más de un kilómetros de largo que te hace soñar con islas desiertas en el Trópico. Retírate al resort de St. Florent (“St. Flo”) para tomarte un pastís debajo de las palmeras.
12. La Auvernia
Esta región en el corazón de Francia es el paraíso de la paz pastoral. Una tierra verde y hermosa, conocida por su queso, sus vacas y sus volcanes… Hasta que no la pises no lo entenderás.
13. Cap Ferret
Si ya tienes un lugar bonito donde quedarte en la Isla de Saint-Louis, un yate y quizás un helicóptero y la Riviera te aburre, quizás te apetezca dejarte caer por Cap Ferret, cerca de Burdeos. Si no es el caso, date una vuelta también por allí.
14. París
París, oh París… ¿Por dónde empezamos? Aquí puedes reproducir todos los tópicos del mundo que quieras (desde declararte a tu amor en la Torre Eiffel a tomarte una absenta en cualquier antro del barrio de Pigalle), pero hagas lo que hagas, la Ciudad de la Luz tiene un nosequé que hará que siempre quieras volver.
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