Monte Athos, Grecia

Este es el Monte Athos, hogar de legendarias ermitas

La región de Macedonia Central, en Grecia, es un lugar fascinante para conocer y que encierra muchos misterios. Uno de sus tesoros más importantes es el Monte Athos, mágico lugar que encierra historia, encanto y misticismo.

Conocido en la lengua nativa como Άγιον Όρος, que quiere decir “montaña sagrada”, es un sitio que llama la atención por ser la locación de una veintena de antiguos e invaluables monasterios.

Todas estas ermitas conforman el Estado Monástico Autónomo de la Montaña Sagrada, un territorio soberano y reconocido por las autoridades griegas, que lo hacen intocable ante algunas jurisdicciones de Grecia y la Unión Europea.

En esta área, considerada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la población es únicamente masculina y asciende a los 2,200 habitantes aproximadamente. Si se quiere visitar solo se puede hacer por barco y además esta limitado el acceso a 100 ciudadanos griegos y 10 extranjeros por día. Pero solo varones adultos, no pueden entrar mujeres ni niños.

Son los grupos de monjes ortodoxos quienes se encargan de dar mantenimiento a los monasterios de Athos, que combinan orígenes de distintas culturas, incluyendo la de Grecia, Rusia, Rumania, Serbia y Bulgaria.

El curioso nombre del monte así mismo, proviene de la mitología griega, en la que Athos era un gigante que se atrevió a desafiar a Poseidón, el dios de los mares.

Cuenta la leyenda que cuando el titán lanzó una piedra en el océano, esta se transformó en la península que actualmente, alberga estos maravillosos santuarios.

Fundado en el año 963 bajo la protección del emperador Basilio, el pueblo monástico es el más grande de todos los que existen en Grecia, y también llegó a ser el más destacado del Imperio Bizantino.

No obstante, la llegada de los católicos con la Cuarta Cruzada del siglo XII y la posterior imposición del Imperio Otomano, con el Islam, conllevó la decadencia de la comunidad, obligada a pagar altísimos impuestos.

No obstante haber perdido su inicial esplendor, las ermitas siguen en pie, invitando a conocer una parte oculta y fascinante de la historia.