Nunca dirás el nombre de este pueblo italiano en voz alta (si eres supersticioso)
Los locales no dicen su nombre, solo se refieren a él como «chillu paese» (en español, «ese pueblo») y después tocan madera para alejar desgracias. No se trata de la temida Transilvania, sino de una villa italiana tan idílica que muchos de nosotros soñaríamos con visitar: Colobraro, un pueblo en el sur de Italia que tiene la reputación de ser un lugar de mala suerte.
El origen del «mal»: la serpiente y las historias supersticiosas
El nombre de este pueblo proviene de la palabra «coluber», que significa «serpiente» en latín. En la Biblia, la serpiente es presentada como la encarnación del diablo en el Jardín de Edén.
Además de haberle dado un nombre con un significado negativo, a principios del siglo XX, un abogado y una «bruja» le dieron vida a la mala reputación del pueblo. Biagio Virgilio, un abogado local que nunca había perdido un caso, dijo en la corte: «Si algo de lo que digo es falso, ¡que se caiga este candelabro!». Y dicen que así fue.
Poco después, un antropólogo viajó al pueblo en busca de una «fatucchiera», una mujer que pudiera ayudarlo a eliminar el mal de ojo. Allí encontró a una anciana que tenía toda la apariencia de una «Cattre», una bruja italiana que tenía la piel bronceada y arrugas profundas. Sin embargo, la suerte le duró poco y cuentan que él y su equipo de investigadores sufrieron una serie de accidentes que los obligaron a irse de Colobraro para siempre.
El poder de la superstición
Es pleno siglo XXI y la ciencia ha avanzado mucho en explicar nuestro mundo, pero las personas continúan manteniendo convicciones irracionales, como que pronunciar el nombre de un pueblo te dará mala suerte.
¿A qué se debe este comportamiento? Según un estudio realizado en la Universidad de Chicago, los supersticiosos saben que sus creencias no están arraigadas a la realidad, pero lo dejan pasar en un proceso que Jane Risen, profesora universitaria y autora del estudio, denomina «aquiescencia».
Las personas pasan por este proceso cuando permiten que su intuición se sobreponga al pensamiento racional. Cuando alguien comparte una cadena de mails que le promete el amor si la envía a 20 contactos está «aquiesciendo», es decir: sabe que su comportamiento no tiene sentido, pero el costo de ignorar la razón es más bajo que el de ignorar la intuición.
«Incluso cuando las condiciones son perfectas para detectar un error, cuando las personas tienen la habilidad y la motivación para ser racionales y cuando el contexto llama la atención al error, la intuición mágica puede prevalecer», explicó Risen en una entrevista con Science Daily.
Por eso también es que los italianos creen que esta villa puede estar maldita. No es por un hecho científico: es preferible evitar Colobraro solo por si acaso.
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